Todo comenzó en un momento de cambio profundo, cuando sentía que me había perdido en mi vida y ya no me reconocía. Fue entonces cuando el yoga apareció en mi vida.
Al principio fue un respiro, una vía de escape; pero pronto se convirtió en mi refugio, devolviéndome la fuerza, la claridad y la calma que tanto necesitaba.
Cada práctica me recordaba algo esencial: también merecía cuidarme. Con cada respiración, con cada movimiento consciente, fui encontrando equilibrio y bienestar.
Ese proceso transformador fue tan poderoso que nació en mí la necesidad de compartirlo. Si a mí me había cambiado la vida, ¿por qué no ofrecer esa oportunidad a los demás?
Así decidí formarme como instructora de yoga.
Hoy, me siento profundamente agradecida de poder guiar a otras personas en este camino. Mi enseñanza se basa en la atención personalizada, la calidad y la integridad, con el propósito de que cada clase sea una experiencia transformadora.
El yoga no es solo una práctica física: es un viaje hacia dentro, hacia la conexión con uno mismo y con la vida.
Te invito a compartir este camino, a descubrir todo lo que el yoga puede ofrecer y a dejar que también transforme tu vida.